New York Cheesecake - Tarta de queso y fresa

 


Esta tarta es la tarta de queso por excelencia. Esta riquísima y no me extraña que tenga este reconocimiento!!!

El acompañamiento de la tarta en mi caso lo hice con fresas y frutas silvestres pero podéis utilizar la fruta o el ingrediente que mas os guste.

INGREDIENTES

Para la base:

250 gr. de galletas digestive

70 gr. de mantequilla.

Para el relleno:

900 grs. de queso cremoso

200 ml. de yogurt griego

250 grs. de azúcar

3 huevos 

Medio limón

3 cucharadas de harina de repostería

1 cucharada  de esencia de vainilla

Para la mermelada de fresa:

300 gr. de fresas.
Zumo de 1/2 limón

3 cucharadas de azúcar

Para decorar:

Fresas 
Frutas silvestres

PREPARACIÓN

Para la base:

1- Trituramos las galletas y le añadimos la mantequilla a temperatura ambiente. 

2- Mezclamos bien y ponemos en un molde (yo utilicé uno de 23 cm).

3- Llevamos a la nevera.

Para el relleno:

1- Batimos el queso cremoso. Añadimos el azúcar, el zumo de limón, la harina, el yogur y la esencia de vainilla. Mezclamos bien.

2- Batimos 3 huevos y una yema y añadimos a la mezcla. Se bate bien todo junto.

3- Precalentamos el horno a 200º C.

4- Sacamos el molde del congelador y vertemos la mezcla del queso.

5- Programamos 10 minutos 200º C y después bajamos la temperatura del horno a 180º C durante otros 30 minutos.

6- Una vez que esté fría, dejamos reposar la tarta en la nevera durante 8 horas al menos. Es preferible que la dejemos toda la noche.

Para la mermelada de fresa y decorar:

1- Limpiamos las fresas y las troceamos.

2- Las ponemos en un cazo a fuego lento, junto con el azúcar y el zumo de limón.

3- Cuando las fresas estén muy blanditas y casi desechas, trituramos y ponemos la hoja escurrida de gelatina. Movemos bien para que se deshaga.

4- Lavamos y laminamos las fresas enteras que teníamos reservadas para decorar y las colocamos encima de la tarta de queso.

5- Por último, vertemos la mermelada de fresa, pasándola con un colador previamente, en nuestra tarta de queso. 

Reservamos en la nevera durante mínimo 6 horas. Lo suyo es que se quede reposando de un día para otro.